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Situada a orillas del río Oja, Santo Domingo de la Calzada constituye uno de los puntos medulares del Camino de Santiago a su paso por La Rioja. Antes de salir de la localidad, para iniciar la ruta del pimiento riojano, recorremos sus calles de sabor añejo, donde destacan todas las infraestructuras creadas históricamente para atender a los peregrinos (el puente, el hospital, el albergue…).
Además, la localidad reúne fantásticos edificios monumentales tanto religiosos como civiles, como el convento de San Francisco, la abadía cisterciense (Pinar, 2; 941 340 700), las casas de Trastámara, las Antiguas Carnicerías y, especialmente, la imponente catedral románica (plaza del Santo, 4; 941 340 033) con su peculiar torre barroca.
En Suso se escribieron las Glosas Emilianenses, consideradas las primeras anotaciones en lengua castellana a finales del siglo X
Tomamos después la carretera en dirección a Nájera. Los 22 kilómetros que separan ambos puntos son un mar de viñas y cereales donde veremos también indicaciones a otros lugares de interés como Cirueña, Cañas o Azofra, a donde nos podemos desviar eventualmente, pero Nájera, conocida por su industria del mueble y por monumentos como el monasterio de Santa María La Real (plaza de Santa María; 941 36 10 83), es de visita obligada.
El río Najerilla divide en dos esta población, nudo de comunicaciones hacia otros puntos cercanos y conocidos como Tricio, situado a dos kilómetros, cuna de pelotaris y lugar de encuentro de múltiples actividades culturales y gastronómicas. Pero además en Tricio se encuentra la basílica paleocristiana de la Virgen de los Arcos, el monumento religioso más antiguo de La Rioja. El edificio data del siglo V y fue construido sobre un antiguo mausoleo romano del siglo III. Su particularidad estriba en que se erigió con materiales reutilizados procedentes de la antigua ciudad romana Tritium Megallum.
Siguiendo la carretera y dejando unos kilómetros más adelante el cruce que apunta hacia Arenzana de Abajo, atravesamos uno de los habituales puentes sobre el Najerilla y nos dirigimos hasta Cárdenas. La carretera se estrecha al atravesar su casco urbano para volver a abrirse y expandirse en un paisaje que anuncia al fondo las montañas de la sierra de la Demanda. A ambos lados del camino abundan los chopos, las plantaciones de trigo y los característicos guardaviñas de la zona, edificaciones de piedra usadas como refugio por los viticultores y que hoy conforman una peculiar ruta turística.
Un desvío poco antes de llegar a Badarán nos conduce al monasterio de Cañas(Santo Domingo de Silos, 2; 941 379 145; www.monasteriodecañas.es), una abadía cisterciense del siglo XII. La localidad de Cañas es, además, una de las referencias del mundo del vino y la cultura enológica por sus abundantes bodegas. La carretera la divide en dos mitades, y nos coloca en dirección hacia la siguiente parada de la ruta, Berceo.
Este pueblo, salpicado por un puñado de casas señoriales con vistas al valle y que fue cuna del ilustre Gonzalo de Berceo, primer poeta que escribió en castellano, constituye la puerta de entrada a uno de los puntos culminantes de nuestra ruta. Y es que, apenas tres kilómetros más adelante, llegamos a San Millán de la Cogolla, cuna del castellano, conformada por un modesto núcleo urbano y dos excepcionales edificios de visita obligada: los monasterios de Yuso y Suso(Monasterio de Yuso, s/n; 941 373 259), reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
En Suso, custodiado por los agustinos recoletos, se escribieron las Glosas Emilianenses, consideradas las primeras anotaciones en lengua castellana a finales del siglo X. La grandiosidad de Yuso o la intimidad religiosa de Suso nos ofrecen un lugar donde tampoco faltan amplios servicios hosteleros y de restauración.
La Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) Pimiento Riojano ampara el pimiento de la variedad najerano, cultivado en los valles de La Rioja Baja, Media y Alta y comercializado tanto fresco como en conserva. Se distingue por su color rojo intenso, piel rugosa y carne fina. Son pimientos que no pican y resultan suaves y agradables al paladar gracias al clima, el suelo y los métodos de cultivo y elaboración artesanal. La recolección se hace siempre de forma manual y el conservado, si es el caso, se realiza siguiendo un cuidado proceso de envasado, nunca en agua, sino en su propio jugo. En algunos casos se procede a asar los pimientos en horno de leña.
Es un alimento poco calórico y una buena fuente de fibra y de vitamina C, aunque ésta prácticamente se pierde cuando es cocinado. A diferencia del verde, el rojo es especialmente rico en carotenos que poseen actividad provitamínica A y actúan como antioxidantes y anticancerígenos. Todo acerca del pimiento de Nájera, en www.lariojaculturadelatierra.com
Además del pimiento, la zona es rica en viñedos de calidad que producen uno de los mejores vinos de España, el rioja. También destaca la artesanía de la zona y las conservas artesanales. En el monasterio de Yuso podemos comprar recuerdos que certifican el nacimiento de la lengua española.
Entre las localidades de Hormilla y Azofra se halla el Jardín Botánico de La Rioja, cuya superficie de 20.000 metros cuadrados reúne más de 600 especies de árboles, plantas y flores de las más diversas procedencias. Fue tomando forma en los años 80, abrió al público en 2005 y hoy es un oasis natural que ofrece diversas actividades culturales.
En otoño se celebra en Nájera una fiesta del pimiento que incluye desde degustaciones hasta concursos y demostraciones de asado y pelado tradicional de pimientos. Los establecimientos hosteleros ofrecen pinchos y tapas elaboradas con la roja hortaliza. Además, un cocinero de prestigio internacional es invitado al evento para elaborar ante el público diversos platos con pimiento.
Uno de los edificios destacados del patrimonio de Santo Domingo de la Calzada es el antiguo hospital del siglo XII, reconvertido en un Parador Nacional (plaza del Santo, 3; 941 340 300). Está situado junto a la catedral, lo que lo convierte en el punto de partida ideal para descubrir todos los rincones de esta ruta. Sin salir de la localidad y del tipo de establecimiento, podemos disfrutar del Parador de Santo Domingo Bernardo de Fresneda (plaza de San Francisco, 1; 941 341 150;), que se encuentra en el antiguo convento de San Francisco.