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La música amansa a las fieras, según el dicho. Pero es evidente que también puede excitarlas. Y eso es precisamente lo que pretenden muchos entrenadores, directores técnicos o gurús de los vestuarios: usar la música como elemento motivador.
Queen publicaba en 1977 su sexto álbum de estudio, de nombre News of the world y en él se incluía esta, en principio, balada escrita por Freddie Mercury y llamada a convertirse en uno de sus himnos más reconocidos. Tanto que, como era obvio atendiendo a su épica, a la letra, a la forma de crecer en manos de la voz de Mercury y al sonido del resto de la banda, se convirtió en un himno para cualquier tipo de competición. Algo más que un simple clásico.
O el poder del cine para hacer de una canción todo un éxito. La banda norteamericana Survivor publicaba en 1982 su tercer disco al que daba nombre esta canción compuesta a petición del propio Sylvester Stallone. Y es que un día antes que el disco se estrenaba Rocky III y la épica del boxeador cinematográfico más mediático la convertía en un referente de superación, una vez más.
También ligada al cine desde su nacimiento está esta melodía creada por el compositor Jerry Goldsmith para formar parte de la banda sonora de la película Desafío total, dirigida en 1990 por Paul Verhoeven y protagonizada por el otro musculitos, Arnold Schwarzenegger. Su uso como sintonía futbolística por parte de una cadena televisiva la identificó para siempre con la Champions League.
Eran de Liverpool, eran amigos de los Beatles y compartieron escenario con ellos en el mítico 'Cavern'. Pero además, en 1963 grabaron esta versión de una canción compuesta por Richard Rodgers y Oscar Hammerstein para Carousel, el musical de Broadway de 1945. Los aficionados del club de fútbol de Liverpool la tomaron como su himno, y escucharla cantar en el estadio de Anfield es algo que quien lo haya vivido no olvida nunca.
Si hay un entrenador que ha elevado a la categoría de piezas de estudio el uso de la música actual para motivar a sus plantillas, ese ha sido y es Pep Guardiola. En 2008 la banda británica Coldplay lanzaba como single esta celebración de la victoria y la revolución que fue un éxito mundial. Guardiola, que comenzaba como entrenador una de las épocas más gloriosas de la historia del FC Barcelona, la tomó como referencia. Y quedó unido a ella para siempre.
Pero aquellos seis títulos que consiguió el Barcelona en 2009 al ritmo de Viva la vida dieron paso a otras canciones que trataban de anclar al suelo a sus jugadores al mismo tiempo que les insuflaban fuerza. Los estadounidenses The Killers fueron elegidos por este Human, primer single de su tercer disco Day and Age.
Y para terminar el epígrafe Guardiola, cómo dudar de que actualmente, en su etapa como técnico del Manchester City, es Oasis la banda sonora capaz de motivar tanto a jugadores como a aficionados. Los hermanos Gallagher son algo más que seguidores acérrimos del City, y cualquiera de sus canciones son algo más que un himno. Y pelos de punta siempre ha puesto este Don’t look back in anger incluido en su segundo disco, (What’s the story) Morning Glory?.
Seguramente en España mucha gente la relacionará directamente con aquella Alianza Popular precursora del PP que la adaptó como sintonía. Pero la banda sueca Europe consiguió un pelotazo imposible de igualar en el resto de su carrera al editar la canción en 1986 y conseguir el número uno en 25 países. Evidentemente será muy camp, pero resuena aún en más de una competición deportiva.
El llamado "rock adulto" siempre ha dado más de un himno motivador, plenos de letras épicas y ritmos imparables. Así que cómo olvidar al canadiense Bryan Adams, creador de más de un éxito que llamaríamos transversal, capaz de traspasar países y generaciones. Así, al grito de "vamos a ganar" y al ritmo trepidante de esta canción de su disco de 1996 18 'Till I die uno no puede hacer otra cosa más que salir a comerse la cancha.
Durante los 80, Norman Quentin Cook fue bajista de los exitosos The Housemartins, para mutar posteriormente y, ya como Fatboy Slim, convertirse en gurú de la música electrónica. Y una canción tan directa como su Aquí y Ahora, publicada en 1999 como parte de su segundo disco, You’ve come a long way, baby, ha sido utilizada en más de una ocasión para arengar a equipos con ínfulas sintéticas.
Hay que reconocer que la épica musical casa muy bien con la épica deportiva. Así, bandas que tienen tal característica como referencia en su sonido son habitualmente asociadas a grandes gestas. Queen son un claro ejemplo. Los canadienses Arcade Fire, tres cuartos de lo mismo. Más de un club inglés, como el Aston Villa o el Burnley, e incluso americano, como los New York Rangers de hockey sobre hielo, han usado este Wake up como himno.
He aquí un compendio de mucho de lo dicho en la playlist: cantante de rock adulto, la galesa Bonnie Tyler que arrasó con aquel It’s a heartache en 1978; película de éxito, el musical Footloose, taquillazo de 1984 protagonizado por Kevin Bacon y Lori Singer; épica, canción compuesta por Jim Steinman, habitual compositor de Meat Loaf… Vamos, que esta canción lo tiene todo para ser utilizada como acicate.
Que sí, que ya sabemos que en cualquier lista de canciones relacionadas con el fútbol y otros deportes, pero principalmente el fútbol, aparece la canción más conocida de la primitiva banda de Jack White. Pero es que la que liaron aquellos hinchas belgas e italianos cuando la tomaron como cántico motivador, aquello sí que fue épico.
Toda canción que hable de la cima del mundo es inmediatamente escrutada como posible melodía con la capacidad de motivar al deportista antes de la competición. Si encima la melodía es sencilla, bailable, acorde con los gustos actuales, divertida y pegadiza, oye, pues ya está. Todo eso lo tiene la canción de los americanos Imagine Dragons, así que lógico que la incluyeran en la banda sonora de los videojuegos de FIFA.
No hay victoria sin celebración. Por tanto, si se consigue elevar la moral y mordiente competitividad apelando directamente a los fastos posteriores, pues perfecto. Y por qué no hacerlo al ritmo bailable de un megahit de los 80 en manos de una banda americana que no le hizo ascos a casi nada, del funk a la música disco, del jazz al pop: Kool & The Gang.
También en esto de conseguir los mejores momentos competitivos, hay que echar mano de muchos y diferentes estilos musicales. El hip-hop de los americanos House of Pain consiguió con Jump around que se bailara en miles de clubes de medio mundo, y que sus ritmos animaran graderíos y canchas, autobuses y vestuarios.
Hace muchos años, una revista de rock titulaba un artículo sobre la banda londinense Status Quo con el muy gráfico "rock por pelotas". Eso es lo que representaban/eran/son, clase trabajadora dándole a la cerveza y al rock, olvidando las penalidades del día a día y tratando de creer en la posibilidad de conseguir lo que se proponen. ¡Anda que no pone nada esta canción si la escuchas en momentos de ánimos colectivos!
Otros que tal bailan. Al menos, sobre lo del rock, la cerveza y sus pretensiones de origen proletario. Y sobre su capacidad de arengar a las masas, ya sean multitudinarias o las almas de cualquier equipo. En nada extraña que un equipo como el Sporting de Gijón alardee de tener a los australianos como espoleta. Y con el Highway to hell como inmejorable compañía.
Algo similar al éxito como canto masivo de Seven nation Army se vivió anteriormente con el Song 2 de los ingleses Blur, más conocida como Woohoo por el gritillo capaz de poner en pie de guerra a todo un equipo y en pie a todo un estadio. Normal que también apareciera en los videojuegos de FIFA.
Comenzábamos con Queen, con la épica de We are the champions y con su sexto disco, News of the world. Y terminamos de nuevo con ellos, de nuevo con la épica como bandera y otra vez con su sexto álbum. Pero con un We will rock you que incita al desfogue al más pintado. Bien interpretada, puede resultar tan amenazante como una haka en un partido de rugby de Nueva Zelanda. O casi, vamos.
Pues si de motivación hablamos, de competitividad y de victoria, no podemos olvidar el éxito actual, una vez más, de nuestra selección de baloncesto, flamantes campeones del mundo en 2019. Y no vamos a olvidar tampoco la canción que ha acompañado al equipo durante todo el campeonato, los sonidos urbanos del puertorriqueño Bud Bunny y su Callaíta. Una selección que siempre ha dado mucha importancia a la música y a la canción que toman como bandera en cada campeonato en el que participan. Lo dicho, la música bien puede excitar a las fieras.