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Terrazas de invierno en Madrid: Puerta de Alcalá, Santa Ana, Jacinto Benavente y Oriente

Terrazas de chimenea y manta en el corazón de la capital

Actualizado: 16/12/2019

Fotografía: Alfredo Cáliz

Terrazas de invierno en Madrid, calentitas. Cuatro plazas donde dar reposo a tus pies machacados tras las compras o la jornada cultureta por el triángulo de oro, la mejor pinacoteca de Europa en pocos metros: el Prado, el Thyssen, el Reina Sofía. Cuatro butacas acogedoras, donde cultura y consumo pueden ser rematadas con un buen café, un chocolate con churros o una copa que alimente el espíritu. Las cuatro escogidas son históricas. La de la Independencia, con la Puerta de Alcalá; la de Santa Ana, con el teatro Español; la de Jacinto Benavente o el Ministerio de Exteriores, teatro Calderón y cines pegados; y la Plaza de Oriente, con el Palacio y el Teatro Real.
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1. Plaza de la Independencia, marco de la Puerta de Alcalá

Esta puerta de Sabatini y Carlos III –el de la canción del "Mírala"– acoge las terrazas más glamurosas, bonitas, pijas y caras del corazón de Madrid. 'Origen' es la última que ha abierto. Por ahora. Por tener, tiene hasta alfombra sobre los adoquines. Cara, pero en un lugar privilegiado, tanto si llegas agotado de la milla de oro por la calle Serrano, como si bajas a ver las luces de la Puerta de Alcalá y la Gran Vía. O traes lo pies destrozados tras patear los museos.

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Enfrente de 'Origen', la del hotel 'Hospes', en la que se atrevió a sentarse el estudiante Joel. La verdad, si vienes a turistear a Madrid y hace frío, lo que cuesta el café con leche lo puedes amortizar con una sentada larga y repasando los datos históricos del lugar: como que aquí asesinaron a Eduardo Dato. Si bajas desde Serrano después de una tarde de compras, también es un lugar para reposar y reabrir las bolsas, admirando lo adquirido.

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Si te gusta ver y que te vean, al lado tienes 'Ramsés', lugar de citas celebrity de la ciudad y los turistas con poder económico. Y seguidita está 'Patio de los Leones', ideal para observar a los de 'Ramsés' al atardecer y entrada la noche. En 'Patio' es un poco más asequible el café. Cruzando la calle Serrano, 'Capucchino', junto con la del restaurante japonés, compite a ratos con 'Ramsés'.

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Lo dicho, no son baratas, pero sí calentitas, cotillonas y agradables con la sempiterna y paciente Puerta de Alcalá sin cobrar por que la mires. Ella continúa observando la historia.

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2. Plaza de Santa Ana

Entre el alternativo Barrio de las Letras, cerquita del Congreso de los Diputados, muy a mano tras hacerte la foto al pie de los Leones. Con mucha historia. Es lugar de cañas y cafés, con nombres míticos como la 'Cervecería Santa Bárbara'. Una plazuela acogedora para escapar del ruido de Gran Vía o de las estilosas tiendas de ese barrio, que hace tiempo compiten con Chueca en lo de modernas y recogedoras de tendencias.

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En los años 60 fue uno de los primeros lugares de los hippies en la capital, cuentan las historias matritenses. Más asequible que las de la plaza de la Independencia, el público tiene poco que ver. Aquí se ven gentes más dispares, jóvenes erasmus que acuden al Teatro Español o de copas por Prado, y gentes del barrio. Dos detallitos para presumir mientras compartes la caña. Fue creada por el rey José Bonaparte, alias Pepe Botella. Se llama de Santa Ana porque aquí estuvo el convento de las Carmelitas de Santa Ana, y fue la primera plaza para peatones de Madrid.

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3. Plaza de Jacinto Benavente

Perfecta para huir de la Puerta del Sol, de las tiendas de Carmen y Preciados, o de la calle de Atocha. Y por supuestísimo, lugar para disfrutar con los chicos y los mayores de las figuritas y las bromas de Navidad, cuando la Plaza Mayor –pegada– está tomada por los puestos de nacimientos y adornos de Papá Noel. El Teatro Calderón, un mito en la capital, alegra el lugar constantemente con sus anuncios que compiten con los de los musicales de la Gran Vía. Al fondo, los cines. Pero sobre todo, es apropiada para descansar también de las entrañas de Madrid, de ese aire chulapo que a algunos turistas les cuesta tanto encontrar.

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Aquí estuvo el Convento de los Trinitarios Calzados, por expreso deseo de Felipe II que lo fundó. Aún sobrevive el edificio de la Dirección General del Tesoro y donde comenzó el Banco de España. Es decir, y aunque te parezca una broma, hace 200 años por aquí rondaba el corazón financiero de Madrid. Hoy, además del tipismo –auténtico– de sus alrededores, puedes comprar en tiendas mayoristas que venden al por menor; útiles para pintura y manualidades, además de observar la fauna pura y dura que sube de la Puerta del Sol.

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4. Plaza de Oriente

El Teatro Real es la Ópera de Madrid. Y enfrente, el Palacio de Oriente, una visita interesante que te sitúa en la historia y no siempre se practica. Otro sitio tranquilo para reposar con calma las compras de la calle Arenal, otro pulmón del consumo en la capital. A dos pasos, el Senado que de vez en cuando permite ver a alguna vieja gloria de la política; a otro, las terrazas de Las Vistillas, lugar emblemático por donde comer y tapear. A tus espaldas, la plaza de Ópera, enfrentada al Teatro Real y los cines.

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Al lado de la terraza de 'La Lonja' –en las fotos– a veces también está abierta incluso con estufa, la del 'Café de la Plaza de Oriente', un local que merece en sí mismo la visita. Sí, Madrid ofrece mucho en cuanto navegas por sus entrañas.

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