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Mercadillos artesanales en Lanzarote: dónde y cuándo se celebran

Artesanía de Lanzarote: originalidad y exclusividad

01/07/2024 –

Actualizado: 15/01/2024

Fotografía: Hugo Palotto

Frente a la globalización que parece haber acabado con los souvenirs originales, una nueva tendencia aboga por proteger y mantener las labores artesanas que garantizan  singularidad. En Lanzarote, los maestros artesanos recuerdan con su trabajo que comprar en la isla productos únicos y exclusivos también es posible con la celebración de tres mercadillos artesanales a la semana. Además, estás de suerte, los tres se celebran en días y horarios diferentes. En estos mercados no solo comprarás productos auténticos sino que también protegerás trabajos ancestrales, sostenibles y preciosos.
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Los hay nocturnos, como el de Costa Teguise, y mañaneros, como el de Haría y el de Villa Teguise. En cualquier caso, vayas a uno u a otro, es bueno saber que algunos de los artesonas repiten en los tres. Si un día te arrepientes de no haberte llevado ese recuerdo maravilloso, con un poco de suerte, podrás encontrarlo otro día en un bonito pueblo de Lanzarote.

1. Mercadillo de Costa Teguise

Cuándo: Miércoles de 18:00 a 22:00 horas

En Costa Teguise, concretamente en la plaza del Pueblo Marinero, en cuyo diseño participó César Manrique, se celebra este mercadillo nocturno que da mucha vida a una de las zonas más turísticas de la isla. Esta plaza rodeada de restaurantes, bares, terrazas y pubs atrae a muchos viajeros, especialmente extranjeros. Con su arquitectura tradicional canaria, con los blancos de sus construcciones y su carpintería bien trabajada en balcones, ventanas y escalares en color verde es un buen lugar para acabar el día.

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“Realmente quedan tres mercadillos artesanales en la isla: este, el de Haría y el de Villa Teguise, que ya incluye otros puestos que nada tienen que ver con la artesanía”, cuenta Fernando González, artesano experto en hilos. Realiza pulseras, anillos, colgantes… todo en macramé y plata. Este extremeño, que se dedicaba al ocio nocturno en Plasencia, donde regentaba un pub, lleva casi 16 años en la isla y el trato con el público, aunque desde otra perspectiva, sigue siendo parte fundamental de su vida. Define la artesanía como pura exigencia de tiempo que requieren los trabajos realizados a mano.

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El número de puestos puede variar según el miércoles, pero entre ocho y diez artesanos exhiben aquí sus mejores trabajos en esas horas en las que el turista sale a pasear para acabar el día después de las excursiones o la playa de todo el día. La marca Alma de Canarias vende los geles, cremas y jabones realizados con aloe vera en el pequeño laboratorio que tienen en Tías, donde también producen perfumes y ambientadores. Todo con productos canarios.

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La originalidad marca la diferencia en estos mercadillos artesanales, donde destacan la creatividad de los artistas isleños. Pulseras y colgantes hechas con flores en resina, te lo ajustan a mano; joyas de cobre esmaltadas a fuego y plata; jabones naturales; souvenirs hechos a mano... La singularidad alcanza límites extraordinarios con la creación de piedras con pedazos de CD reciclados para realizar pulseras, marcapáginas, collares o pendientes. Las piezas trabajadas en plata con pequeñas piedrecitas de lava, trabajo delicado y elegante, en el puesto de Neus Pujol, una maravilla. Trabajos bien originales para todos los gustos.

2. Mercadillo artesanal de Haría

Cuándo: Sábados de 10:00 a 14:30 horas

El Patronato de Turismo de la isla le otorgó en 2004 el Premio Distinguido del Turismo en la categoría de Ocio y Eventos de Interés Turístico. El Mercadillo Artesanal de Haría es el más auténtico de la isla, no agrupa a todos los artesanos, pero sí a muchos de ellos y el paseo en el que se ubica tiene mucho encanto. Y, lo cierto, es que se ha convertido en visita obligada para los turistas.

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Con algún músico amenizando el paseo a los visitantes, aquí todos los puestos lucen la mano que representa el sello de Artesanía de Lanzarote. Ahí reencontramos a Fernando González, que sonríe contento por el movimiento de la mañana. Hace sol y la temperatura es muy agradable este sábado de otoño.

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Los puestos de productos canarios, como el mojo, mermeladas, almogrote, quesos o licores, se mezclan con los de joyas, útiles para el hogar, bisutería o adornos. Victoria Sintes, alias Pluma, vende la cerámica que hace en la cueva en la que habita desde hace unos años. Muchos objetos se suceden sobre la mesa como un auténtico homenaje a la fertilidad de la mujer y ella se arranca a tocar con pericia sus ocarinas. “Esto solo es una parte de lo que hago porque, en realidad, yo hago rituales ancestrales para el acompañamiento de las almas”, asegura sonriente destacando su parte terapéutica.

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La cerámica de Aquilino Antonio Rodríguez llama la atención incluso de los menos predispuestos a detenerse. “Hace más de 40 años me hice un curso de cerámica popular canaria al salir de la mili (servicio militar) y ahí empezó todo”, explica mostrando parte de su trabajo. “Yo hago cerámica prehispánica y tradicional; y también contemporánea. La prehispánica es de antes del siglo XV, con formas neolíticas, y la tradicional, que es posterior a ese siglo y con formas europeas”, subraya. Aquilino sigue trabajando el barro de forma tradicional: su cerámica se hace con cocción a fuego directo, bien a cielo abierto o en un horno artesanal, pero “donde la cerámica y el fuego están juntos”. Su trabajo agradece este mimo y sus piezas son verdaderamente únicas.

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La delicadeza y la originalidad de las joyas son uno de los grandes atractivos de este mercadillo. Mario Franceschin, un venezolano afincado en Lanzarote desde hace más de tres décadas, exhibe en su puesto sus diseños trabajados con piedra volcánica, olivinas, típicas de la isla, e, incluso, restos de cerámica rota que engarzadas en plata o en oro relucen en su nueva vida.

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Nadezhda y Francisco han llenado su puesto con los colores de la cartapesta y acróbatas, sirenas y bailarinas cuelgan sonrientes esperando a ser compradas. También trabajan originales pendientes en origami montados con plata. En los siguientes puestos, dependiendo de la hora en la que uno haya llegado, despiertan el apetito los olores de los productos isleños y llama como un canto de sirena el puesto de la panadería, a rebosar también de empanadillas y otros salados que bien merecen una parada a media mañana.

3. Mercadillo Villa de Teguise

Cuándo: Domingos de 9:00 a 14:00 horas

Con más de 400 puestos en el casco histórico de la Villa de Teguise, considerado uno de los pueblos más bonitos de España, en este mercadillo es más difícil encontrar a los artesanos, pero no imposible. Abarca varias calles y la gente abarrota las vías desde bien temprano, ojeando muchos puestos que uno podría encontrarse en cualquier mercadillo del país: ropa hippie de la India, gafas de sol y cinturones de piel de Marruecos, juguetes de China, entre un largo etcétera.

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Hay dos plazas destinadas a los artesanos, algunos de ellos son asiduos a Costa Teguise y Haría. Sin embargo, desperdigados entre la multitud de tenderetes fruto de la globalización, aparece algún tesoro escondido. Así hallamos a Jorge. “Soy principalmente cerero y reciclador, pero el tema de la cera no se vende mucho y me he tenido que reinventar. Ahora estoy trabajando mucho con arena de Lanzarote y serrín, o pinto con pintura al agua”, afirma Jorge mostrando parte de sus trabajos. “Todo lo que hay en la mesa lo hago yo con materiales reciclados o lo que me voy encontrando en la arena”, explica antes de recalcar que él es uno de los pocos artesanos naturales de la isla.

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Unos puestos más adelantes y tras un periplo que exige esquivar a una muchedumbre ávida de compras, una mesa con jabones naturales atrapa la atención de la vista y el olfato. “María Ramos Delgado, mi hija, es la artesana y la que hace todo”, explica Paloma Delgado Sánchez, extremeña afincada en la isla y directora comercial de ‘Tujabonalacarta’. “Nosotros hacemos todo con aceite de oliva y aceites esenciales, sin productos químicos, ni parabenos, ni perfumes, ni glicerinas… Todo completamente natural”, asegura Paloma mientras interrumpe su discurso atendiendo a unas turistas extranjeras fascinadas con su género.

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El Mercadillo de Villa de Teguise es uno de los más grandes de la isla con 400 puestos.

“Este es el jabón más antiguo que hay de Castilla que solo tiene aceite de oliva, luego tienes de rosas, de lavanda, de jazmín y de naranja. Tenemos jabón de árbol de té y nil, que es antibacteriano y se puede usar como jabón íntimo y, aquí, también para pieles sensibles y atópicas, carbón activado, este es especial para limpieza de la cara, para un exceso de grasa, para desmaquillar y para el acné; este otro es con sal de janubio de aquí, de la isla, es exfoliante pero suavecito y es espectacular; este otro con miel de tinajo, que es muy hidratante, que para mí es el mejor de los mejores en hidratación”, subraya.

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Hay champús sólidos para todo tipo de cabellos e hidratantes para los labios, por ejemplo, pero Paloma asegura que es probable que, si vienes el próximo domingo, no encuentres lo mismo. “Hay otras empresas que tienen su línea de producto y ya está. Pero nosotros vamos investigando, cambiando cosas, y estamos abiertos a experimentar. Por ejemplo, este de romero y ruda no se conoce en España, se conoce mucho en Alemania, pero tiene un montón de propiedades y mi hija, ingeniera agrónoma, empezó a investigar y resulta que la ruda es buenísima como antiinflamatorio, para las manchas de la cara, para rosácea... Sirve para todo”. Desde luego, dan ganas de llevárselo todo.

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