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jose ramon zabala setas

Actividades con setas y jornadas micológicas

Ir de setas y mucho más

Actualizado: 23/10/2020

Las setas son las reinas del otoño. Y son muchas las actividades y jornadas micológicas que pueden realizarse en torno a ellas. Desde salir al bosque a recoger níscalos y boletus, a ir de pinchos fúngicos, visitar un museo con setas gigantes o descubrir rarezas como el pie azul, la oreja de judas o la barbuda. ¡Viva la seta!
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Fácil, lo que se dice fácil no es. Echarse al campo en busca de setas, a no ser que uno sea experto, resulta complicado. Saber dónde crecen los rebozuelos, cuánto se debe esperar después de la última lluvia para que salgan níscalos, hartarse de ver tóxicas muscarias por todas partes, saber por qué tipo de bosque muestran querencia los boletus, el cuidado, en fin, de no confundir una amanita cesárea con una phalloides. Y este es el problema, que puede que, al final, no sea tan difícil ir de setas, siempre se encuentra alguna, pero sí que es peligroso. El envenenamiento de aficionados a los hongos es uno de los clásicos de las noticias de otoño en nuestro país.

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En las regiones de tradición micológica se organizan toda clase de actividades a lo largo de la temporada de recogida. Existen centros y museos micológicos donde se imparten todo tipo de actividades y enseñanzas, como jornadas, exposiciones de ejemplares y fotografías, cursos de identificación, organizándose ferias sobre el fascinante mundo de estos seres situados entre los animales y las plantas.

La persistencia de la pandemia originada por la covid-19 ha clausurado muchas de ellas, otras continúan convocadas y algunas están suspendidas momentáneamente. Lo más recomendable es ponerse en contacto con las asociaciones, sociedades y ayuntamientos que las organizan, los días previos al de la salida proyectada, para recibir información actualizada.

1. Guía e identificación virtual de especies

En la capital, las reuniones convocadas por la Sociedad Micológica de Madrid han sido las más populares durante décadas. Al principio se celebraban en el Real Jardín Botánico, pasando luego a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Agrícola y de Biodiversidad, de la Universidad Politécnica. Los lunes para los socios y los martes para los aficionados a la micología, que se arracimaban con sus capturas campestres para que los expertos del Jardín Botánico las identificaran de manera gratuita. La pandemia y actual confinamiento de Madrid ha obligado a clausurar estas reuniones y las apreciadas excursiones campestres que organiza la institución. En la actualidad, la Sociedad Micológica prepara una guía virtual de setas comestibles y tóxicas, y un servicio on-line para la identificación virtual de especies.

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2. Día del Hongo

El Parque Micológico de Ultzama, en Navarra, es uno de los destinos micológicos más reconocidos del país, no en vano en la zona se han identificado hasta 848 especies de setas. Es muy conocido el Día del Hongo que se celebra estas fechas otoñales en Larraintzar, la capital del lugar, con exposición de ejemplares recién recolectados, mercadillo de especies y sus productos, preparando bares y restaurantes de la zona menús y pinchos fúngicos. Las fechas para la edición de este año se mantienen los días 1,2 y 10 de noviembre. Del mismo modo, en su programa de actividades siguen en pie las visitas guiadas los días 6, 12, 12, 20 y 26 de octubre.

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3. Aula de cocina micológica

La comarca zamorana de Aliste tiene fama por su potencial micológico. El Centro de Interpretación de las Especies Micológicas de Rabanales promueve una amplia batería de actividades en torno al mundo de las setas, donde tienen un papel destacado el aula culinaria. Conservación y tratamiento de los hongos, elaboración de mermeladas, cremas, etcétera, se complementan con la visita al museo y una completa librería. Además, siempre que lo permitan las restricciones de la pandemia, organiza salidas al campo, para llevar a cabo una recolección medioambientalmente sostenible.

4. Aprender bajo setas gigantes

Paneles, proyecciones, dioramas, reproducciones gigantes de ejemplares y otras técnicas museísticas se dan cita en el Museo Micológico de Isuerre, en Zaragoza, para descubrir a los visitantes el mundo de las setas. Enclavado en la comarca de las Cinco Villas, a finales del mes de octubre aquí se organizan unas populares jornadas micológicas, con salidas guiadas, degustación de platos elaborados con setas y talleres infantiles entre otras actividades. De momento no están confirmadas las de este año.

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5. Arte boletero

Entre los atractivos que muestra Montmajor, localidad situada en la comarca barcelonesa de Berguedà, destaca el Museo del Arte de la Seta, considerado el único del país. En la escenografía de la sala representa un bosque cuajado de setas y cuidadas reproducciones de diferentes especies de esta región de arraigada tradición micológica. Se trata de una completa colección con más de 500 figuras, correspondientes a 169 especies diferentes. Realizadas en cerámica, se muestran en vitrinas que reproducen los ecosistemas en los que viven, naturalizados con musgos, piedras y otros elementos naturales.

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6. El jardín de las Setas

En el Parque Natural de las Sierras Subbéticas crece un hongo del que están orgullosos las localidades de la comarca cordobesa de Priego, como Zagrilla Baja y Zagrilla Alta. Entre ambas se localiza el Jardín Micológico La Trufa, que responde a esa seta peculiar de la región, conocida como trufa de verano. Especie similar a la trufa negra, crece en encinares adehesados. En sus instalaciones se pueden recorrer los diferentes ecosistemas andaluces en los que crecen los hongos. Reproducciones gigantes de setas e información de rarezas como el pie azul, la oreja de judas y la barbuda.

7. El níscalo' como en casa

En las serranías del sur de Albacete el níscalo es la estrella de las setas. Tanto es así, que en el Ayuntamiento de Molinicos, localidad de la Sierra del Segura, abre su sede el Museo del Níscalo. Los visitantes aprenden algunos de los secretos del también llamado níscalo, guíscano, robellón y lactarius deliciosus, en su denominación latina. Aparte de la deliciosa variedad, en el museo se divulga información sobre el resto de las setas de la región. Son tradición las jornadas micológicas, que se celebran el segundo fin de semana de noviembre, con salidas al campo, elaboración de menús y charlas divulgativas. Las de este año todavía no han sido convocadas.

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8. Cesta y Setas

Las sierras de Albarracín son otro destino del turismo micológico. En Bronchales está el Museo Micológico Cesta y Setas. La localidad turolense añade este atractivo a sus sendas fúngicas y a su servicio de atención micológica. Junto a la visita de sus instalaciones, destaca por la organización de rutas micológicas guiadas, complementadas con conferencias de expertos micólogos. A la hora de cerrar estas líneas, preparan las actividades de esta campaña de otoño, condicionadas, cómo no, por la situación de la pandemia.

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