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La mejor forma de contemplar Alacant es desde el castillo de Santa Bárbara, situado a 166 metros de altitud, en el monte Benacantil. Es el mejor balcón para disfrutar de la panorámica alicantina y su bahía. Muy cerca, además, tenemos el antiguo Hospital Provincial que acoge el Museo Arqueológico de Alacant (MARQ), donde podemos conocer en profundidad el pasado histórico de Alacant y lugares como el Tossal de Manises, el primer núcleo urbano de la ciudad, donde se hallaron unas sandalias que bien podrían ser el origen de una de las mayores industrias locales: la del calzado.
Desde este punto iniciamos el descenso atravesando el parque de la Ereta, uno de los muchos que tiene la ciudad y que reflejan el gusto alicantino por los jardines y las fuentes.
Dejando atrás este espectacular jardín, nos adentramos directamente en el barrio de Santa Cruz, uno de los más populares de Alacant. Merece la pena perderse entre sus callejuelas estrechas de fachadas blancas y llegar hasta la ermita de San Roque, donde se guarda el venerado paso del Cristo Gitano que cada Semana Santa sale en procesión por las empinadas calles del barrio.
Si seguimos nuestro camino, llegamos hasta el casco antiguo. Allí se encuentran el Ayuntamiento y también la calle Labradores, una de las más suntuosas de la ciudad, llena de palacetes y casas del siglo XVIII. De entre todas, destaca el palacio Maisonnave, sede del Archivo Municipal. También en esta zona de la ciudad está el templo más antiguo de Alacant: la basílica de Santa María.
Y no debemos abandonar la zona sin visitar uno de los edificios civiles con más historia, la casa de la Asegurada, donde actualmente se expone una buena colección de arte del siglo XX.
Tras este recorrido histórico, nada mejor que conocer el paseo marítimo, uno de los más populares de la Costa Blanca. Su puerto deportivo, además, congrega una de las principales ofertas de ocio de la zona; aquí la diversión está garantizada.
Pero si hay algo que distingue esta ciudad de otras mediterráneas es que Alacant no sólo mira al mar, sino que tiene un barrio que es una isla. Tabarca es, sin duda alguna, visita obligada. Está a once millas de la costa y allí residen menos de un centenar de personas, cifra que aumenta notablemente los fines de semana, cuando los turistas se acercan para degustar en los chiringuitos de la playa, los arroces que le dan fama.
Castillo de Guadalest
Aprovechando la visita a Alacant, podemos acercarnos hasta El Castell de Guadalest, a unos 60 kilómetros, y visitar los restos de su castillo, desde donde tenemos unas vistas espectaculares de la zona. La fortaleza, construida por los musulmanes en el siglo XI, está edificada sobre una roca, en la parte más elevada del municipio.
Palmeral d'Elx
Si lo que nos gusta es la naturaleza, no podemos perdernos una visita al Palmeral d'Elx, a media hora en coche desde Alacant. Este impresionante jardín, con más de 200.000 ejemplares, ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad. Ese el mayor palmeral de Europa y visto desde la lejanía parece un auténtico bosque.
Terra Natura
Si viajamos con niños, una de las mejores excursiones que podemos hacer desde Alacant es a Terra Natura, un nuevo concepto zoológico donde las instalaciones se funden con el entorno para que tengamos la sensación de que no existen barreras entre los animales y nosotros.
Buceo en Altea
Aunque toda la costa alicantina es apta para el buceo, existe un lugar donde las aguas son especialmente cristalinas, idóneas para sumergirnos en ellas en busca de nuevas experiencias. Se trata de Altea, donde encontraremos ocho kilómetros de costa, con increíbles playas, calas y acantilados.