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Arranca la temporada estival y la amplia recepción acristalada del hotel 'Blanco', decorada con tonos claros y azules, se llena de familias. Este alojamiento, con 102 habitaciones independientes, acaba de cumplir su primer lustro abierto en uno de los destinos con mayor concentración de oferta hotelera y restauración de la pequeña de las islas Pitiusas. Este año, además, estrena hermano mayor justo al lado, el 'Five Flowers', el único cinco estrellas de Formentera, también del grupo Costa.
"Hemos conseguido, durante este tiempo, ofrecer a nuestros clientes un alojamiento donde elegancia, confort, servicio personalizado y cierta privacidad se combinan con la proximidad (a 100 metros) a unas espectaculares playas de aguas turquesas y arena fina, que dejan maravillado a cualquiera que llega a la isla; aunque sea reincidente y venga todos los veranos", presume Marzia Casini, la directora del hotel.
Como la mayoría de sus huéspedes, Casini es de Italia –de la Toscana– y conoce con detalle los motivos que han convertido a Formentera en la tercera isla italiana del Mediterráneo. "A finales de los 90 y principios de siglo, muchos VIPs de mi país, sobre todo futbolistas como Totti o Vieri, comienzan a veranear aquí. Y a los italianos, más allá de la espectacularidad de los yates que mostraban, les dejan maravillados las aguas cristalinas, de color turquesa y cían, que aparecen en las revistas y programas de televisión. Por aquel entonces, todavía no se había dado el boom turístico actual, seguía teniendo cierto espíritu hippie, y muchos compatriotas invierten en negocios en la zona".
Esto explica que en torno al 90 % del turismo que hay en la ínsula balear, entre julio y agosto, sea transalpino. "En esos meses, que son los de vacaciones escolares, nuestros clientes suelen ser familias". Para ellas, entre las 102 habitaciones con las que cuenta el hotel, hay varias junior suites, con capacidad para 4 personas. También hay habitaciones dobles (con cama King Size), superior (ubicadas en la última planta, con una amplia terraza-solarium privada) y garden suite (de 50 metros cuadrados y amplia terraza con jacuzzi).
"Todas las estancias, repartidas por una zona ajardinada con palmeras que rodea nuestras gran piscina, tienen una estructura y decoración similar, con tonos cálidos, espacios abiertos, amplios y muy luminosos; solo cambian los metros cuadrados disponibles", describe la directora. Además, el diseño del hotel permite cierta privacidad a los clientes, pues la recepción, restaurante y gimnasio están ubicados en un edificio principal por el que no es necesario pasar para acceder a las habitaciones.
A partir de septiembre, los clientes siguen siendo mayoritariamente italianos, aunque pasan a ser mayoritarias las parejas. "Además, en los últimos años hemos detectado que la temporada de alta ocupación se extiende incluso hasta mediados de octubre. Si en 2014 rondábamos el 30 % , el año pasado superamos el 80 % en ese mes", apunta Casini.
Estos huéspedes seguirán disfrutando de la cocina del restaurante 'Carmen', que dirige la chef Sara Valls. Además de un completo y variado desayuno, con algunos guiños a la gastronomía balear como la sobrasada y los quesos, la carta del menú tiene un acento mediterráneo, con guiños a la cocina italiana: coca de boquerón curado, humus de berenjena, salicornia, tomates confitados y piñones; un refrescante ceviche de pera, tomate, rabanillos, cebolla encurtida y leche de coco; una versión de la tradicional ensalada payesa, con peix sec y crostes; calamar a la bruta –receta formenterana a base de butifarra negra, sobrasada y la tinta– acompañado, en este caso, con bonito seco; o una variedad de arroces y platos de pasta, que no pueden faltar en este piccolo rincón del Mediterráneo balear.
'HOTEL BLANCO' - Carrer des Fonoll Marí, 50. Es Pujols, Formentera. Tel. 971 32 84 51.
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