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Tras meses de cuidada restauración, Adelaida y Sergio, amantes de las antigüedades y del arte prerrafaelita transformaron una antigua casa de pueblo en el Maestrazgo turolense en un coqueto hotelito de cinco habitaciones dobles. La casa mantiene su estructura original y los elementos patrimoniales más sobresalientes también han sido conservados: puertas, escalera, balcón de madera, muros y chimeneas. Una estudiada decoración junto a la acertada iluminación proporcionan a la casa una atmósfera muy especial, donde contribuyen a partes iguales arte, historia y misterio.
En el interiorismo y la decoración de 'Las Moradas del Temple' abundan detalles que estimulan la curiosidad del visitante. Rodeados por una cuidada selección de artesanía, antigüedades, pinturas y música de época, nuestros sentidos se trasladan fácilmente a otras épocas. Las referencias a los templarios se encuentran por toda la casa. Así, lo primero que nos llama la atención son los nombres de las habitaciones: Cámara del Gran Maestre, suite Rosa Cruz, suite Tour Magdala…
Aquí todo resuena a historia y leyenda y nuestros anfitriones explican el porqué: "Somos amantes del coleccionismo de antigüedades y muebles antiguos. Desde hace muchos años viajamos por el sur de Francia y compramos para restaurar. Al final nos trajimos aquí dos camiones cargados. Por otro lado, siempre nos ha gustado la historia y leyendas templarias, su estética y simbolismo. Quedarnos en Mirambel fue una elección fácil: un pueblo impecablemente conservado cuya comarca fue además un importante centro de la Orden del Temple. Parecía estar hecho para nosotros". No nos extraña en absoluto. Rodeada por sus murallas medievales, la localidad turolense parece haberse quedado anclada en otro tiempo.
Siete siglos después de su desaparición, la Orden del Temple continúa sumida en el misterio. Y lo mismo ocurre con su huella en el Maestrazgo, empezando por su fascinación por estas tierras, cuya posesión constituyó toda una meta esotérica para esta orden religioso-militar. Los templarios fueron los responsables de la planificación del trazado actual de Mirambel, construyendo también un castillo en el centro de la población y rodeándolo de una muralla.
En las cinco habitaciones dobles de 'Las Moradas del Temple' todo está dispuesto para sumergirnos en el espíritu del lugar y disfrutar del sosiego y el silencio. En estos aposentos es fácil sentirse caballero medieval, durmiendo en una cama con dosel, aunque eso sí, con todo el lujo y la comodidad de la calefacción y la bañera de hidromasaje.
La decoración está cuidada con gusto exquisito. Un completo repertorio de tapices, restauraciones y curiosidades se despliega por todos lados. El paso del tiempo se refleja sobre la piedra y la madera de la casa. La acústica es una maravilla y con el hilo musical de la recepción es fácil transportarse, como por encantamiento, al espíritu del pasado.
Adelaida nos conduce hasta la suite Doncella De Orleans, donde nos alojaremos. Esta habitación está situada en la planta baja y tiene acceso desde el jardín. Una impresionante cama de baldaquino da la bienvenida y promete un sueño reparador. El resto de habitaciones no le andan a la zaga, dos resultan especialmente atractivas. La suite Tour Magdala por su autenticidad, su saloncito y su coqueta buhardilla; y la suite Muralla Templaria, una verdadera joya de la corona. Situada en la primera planta de la casa, dispone de una terraza privada enmarcada por la muralla templaria del siglo XVII. Las vistas al antiguo convento de las Agustinas también son toda una sorpresa.
"Los pueblos de altura tienen siempre un aire más aristocrático, más hermético. Mirambel ha seguido siendo pueblo cerrado, hierático, misterioso", Pío Baroja, La Venta de Mirambel. Sergio nos enseña una edición del libro que Pío Baroja escribió en este pueblo allá por los años 30. El libro está firmado por Pío Caro Baroja, sobrino nieto del escritor y responsable de esta nueva edición. La Venta de Mirambel cuenta una de las muchas leyendas vinculadas al convento de las monjas Agustinas, que está en la misma calle del hotel y puede ser visitado.
En el libro, Baroja relata las aventuras de un cura hechicero descendiente de un maestre de los templarios que sedujo a las monjas del convento. La actitud del cura provocó temor a los vecinos del pueblo, que alentaron a la Inquisición para que interviniera castigándolo. Siempre es un buen momento para leer a Baroja, que visitó esta comarca en numerosas ocasiones, una de ellas en un viaje en automóvil junto a su amigo el filósofo Ortega y Gasset. La Venta de Mirambel es, sin duda alguna, la novela barojiana del Maestrazgo.
Pasear por las calles de la localidad también una auténtica experiencia en la que historia y leyenda se confunden. En Mirambel podemos disfrutar del que probablemente sea el único reloj de sol musulmán de todo Aragón. Gracias al envidiable estado de conservación de su patrimonio, nuestros pasos por el pueblo nos trasladan a la Edad Media y el Renacimiento. Toda la comarca del Maestrazgo es una auténtico parque cultural donde historia, magia y arte conviven íntimamente: castillos templarios, enigmáticas ermitas, vírgenes negras, santuarios de culto y peregrinaje...
Tras un reparador sueño en la suite Doncella De Orleans, a la mañana siguiente nos levantamos con apetito. En el Patio de los Nueve Caballeros, Sergio ya está avanzando con los preparativos del desayuno. Tostadas de pan de Cantavieja, zumo de naranja, tortilla, queso, jamón, yogur natural casero, macedonia de frutas, café con leche y bizcocho casero... Todo elaborado con materia prima original de la comarca, lo cual se nota en el sabor. Disfrutamos de nuestro desayuno en este entorno tan acogedor, arrullados por el murmullo de su fuente y bajo la sombra de un árbol. Un lugar muy especial que, lindante con la muralla templaria y el antiguo convento de las Agustinas, hace del desayuno una experiencia distinta.
Por hoy nos toca seguir camino. Nos despedimos de Adelaida y Sergio con la promesa de una cena la próxima vez, y así poder disfrutar del comedor y de la cocina de la dueña. No nos faltarán los motivos para volver de nuevo a este remanso de paz y armonía que son 'Las Moradas del Temple'. Próximo a Morella y equidistante de Vinaroz y Teruel, Mirambel presenta una localización envidiable para disfrutar del silencio de sus senderos, recorrer numerosas rutas históricas, realizar visitas culturales, conocer pueblos hermosos, y disfrutar de su gastronomía, o salir a buscar setas. Pero esa ya es otra historia.