Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
Desde sus 1.436 metros de altitud, Capileira mira por su flanco oeste hacia el muy verde y majestuoso Barranco del Poqueira. Mientras, en el flanco norte, Sierra Nevada reina en todo su esplendor. Y hacia adentro, es la esencia total de la Alpujarra lo que se percibe. Capileira es la Alpujarra granadina. Ahí están sus casas blancas, sus tejados planos o terraos, sus peculiares chimeneas altas y cilíndricas y sus tinaos, prolongaciones de las viviendas para ganar espacio o para unir varias de ellas.
Ese espíritu alpujarreño es el que tienen en toda su potencia 'Capileira Casas con Encanto', nueve casas turísticas diseminadas por la localidad y gestionadas por Alicia Pérez Padrón, una alpujarreña cubana-americana-española que llegó a esta sierra de visita en 2007. Apenas 10 años después de aquel primer viaje se instaló definitivamente en Capileira. "Me quedé prendada", dice. Una razón sencilla que no requiere más aclaraciones. Su interés por la decoración, por la gestión y su imposibilidad de estar quieta la llevaron a poner en marcha su muy personal red de casas turísticas. 'Capileira Casas con Encanto' es una opción perfecta para conocer la Alpujarra, un lugar en el que olvidarse del mundo.
Pocas casas habrá en Capileira más alpujarreñas que La Parra, uno de los alojamientos de Alicia. No obstante, como en la Alpujarra no hay que tener prisa, una vez se llega a La Parra, no es urgente entrar en ella a soltar las maletas. De hecho, si aún hay luz del día, lo recomendable es dejar caer los bultos, quedarse en la terraza, asomarse a la barandilla y mirar, es decir, disfrutar, el inmenso Barranco del Poqueira. Veremos Bubión, Pampaneira y una vista espectacular. Ahora sí.
Ya ha comenzado nuestra estancia en la Alpujarra y ya sabemos qué esperar de ella y de las 'Casas con Encanto' de Alicia. Entramos a La Parra, con capacidad para alojar a seis personas, y unas fenomenales vigas de castaño reciben al visitante desde el techo del salón, primera estancia de la vivienda y lugar que más frecuentaremos, sin duda. A partir de ahí, la decoración de Alicia Pérez hace el resto. Tiene buen ojo para ello y para encontrar cosas útiles que otros consideraron inútiles para sí mismos. Recicla y mucho. Y luego el huésped lo disfruta en las casas que alquila. Alicia viaja con frecuencia por el mundo así que no es raro ver en sus casas detalles que igual proceden de un rastro danés que de un mercadillo de París.
Es especialista en dar nuevas vidas a puertas y muebles usados. También a objetos como cacerolas antiguas que, en algunas de sus viviendas cumplen funciones de lámpara. "Reciclo mucho, pero no todo vale… tiene que notarse que [el objeto] tiene una historia", cuenta Pérez, que se encuentra muy cómoda en su nuevo oficio de diseñadora. Tanto que, explica, "he puesto en marcha mi propia marca de decoración Vintage and Shabby y ahora decoro casas más allá de las que gestiono para turismo. A la gente le gusta mi trabajo y me piden que les decore sus viviendas".
La casa de El Rincón es la última casa de la última calle del pueblo. "Muy de García Márquez", dice riendo Alicia. En esa casa hay algunos detalles especiales. Una contraventana que funciona como pantalla para dar luz indirecta en el dormitorio o la ya mencionada cacerola haciendo de lámpara. Pero la característica principal de El Rincón está en el ambiente, algo que es más fácil sentir que ver. Alicia la habitó durante un tiempo: "Aquí viví muy feliz y estoy convencida de que parte de esa felicidad se ha quedado impregnada en la casa", dice convencida. El Rincón se incorporó a la red de viviendas de Alicia en marzo de 2019.
Las buenas vibraciones las certifican Michael Kidwell y Ola Kudzio, sudafricano él y polaca ella que residen en Londres y pasan unos días en esta casa. Es media tarde y acaban de llegar de hacer senderismo. Vienen satisfechos de una ruta andarina de tres horas y media. A preguntas de Alicia de si el alojamiento está a su gusto su respuesta es muy contundente: "Está perfecto. Tenemos todo lo que necesitamos", dicen. Y rematan: "Es una casa maravillosamente íntegra". Se refiere a lo respetuosa que es con el sitio en el que se encuentra. Todas las casas que gestiona Alicia Pérez son así.
Alicia llegó a Capileira desde Madrid. Es socia de una empresa en la que aún trabaja. Al principio, pasaba una semana en la Alpujarra y tres en Madrid. La proporción se ha invertido y ahora son tres en Capileira y una en la capital. "Y poco a poco debería ser menos", relata mientras explica que su trabajo lo puede hacer telemáticamente sin problemas. En el momento en que decidió quedarse en Capileira de forma permanente, Alicia dio con la idea de gestionar casas –de otros– que ella decoraría y arreglaría a su modo. La guía para que sus casas tengan encanto es la siguiente: "Tienen que tener vista, una buena terraza, cualidades arquitectónicas propias de la Alpujarra y capaces de dar el confort y la comodidad a los clientes que quiero y, también, una chimenea. Eso también es importante". Y así son sus nueve casas que, dice, podrán ser diez en un futuro, pero no más.
Las casas de la Alpujarra, las de toda la vida, no son especialmente grandes. Y suelen tener dos plantas. Así son las de Alicia. La ocupación de todas ellas varía entre las dos y las seis plazas. En ciertos casos, se pueden alquilar las casas grandes para una ocupación menor, pero eso hay que hablarlo con ella. La Fragua es una de las pequeñas. No recibe el nombre por gusto. Antes de ser lugar de alojamiento era precisamente eso, una fragua. Agustín Cortés, herrero de Capileira, la regentó hasta los años 70 del siglo pasado. Pero nada recuerda ya aquella función. Las dos plantas actuales, unidas por una escalera de caracol, acogen esta tarde a Philip y Veronica Thompson, ingleses que describen la casa como lovely (encantadora).
Los Thompson quieren destacar que les "encantan las vistas y la cocina está perfectamente equipada, algo que es raro, porque tiene de todo". Alicia hace hincapié en explicarles que las casas tienen "lo que yo querría encontrarme". Y ahí incluye, no solo la sal, pimienta, café… sino también algunas cervezas, jarras en el congelador y una botella de vino de bienvenida que, hasta ahora, todos hemos apreciado. También conoce Alicia la dificultad de transportar los bastones de trekking desde lejos. Por eso, el visitante los encontrará en todas las casas.
Todos los apartamentos de 'Capileira Casas con Encanto' cuentan con televisión y wifi, además de cocina perfectamente dotada. Eso es así desde el más pequeño y más demandado, como es casa Amaranta, hasta los más grandes como son La Parra o Casa Sira, el de más reciente construcción y, por ello, quizá la menos aparentemente alpujarreña.
"No sabría decirte cuál es mi temporada alta", dice la responsable de estas casas con encanto que, afortunadamente para ella, tienen una buena ocupación. Alicia, de todas maneras, tiene un poco de ayuda para esa alta frecuencia de visitas: sus casas son confortables sí, pero el escenario es sencillamente espectacular. Un minuto en cualquiera de las terrazas de las casas servirá para comprenderlo. A partir de ahí, descansar y mirar, pasear y comer, coger la bicicleta y hacer kilómetros o ponerse las botas de trekking y lanzarse a caminar es la decisión que hay que tomar. Y al final de la jornada, recorrer Capileira, catalogado desde el 1 de enero de 2017 como uno de Los pueblos más bonitos de España.
Más información en la web de 'Capileira Casas con Encanto'.