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Hemos probado Riojas y Riberas del Duero, reconocemos la frescura y el perfume a maracuyá de un verdejo y la acidez de un albariño. Pero, haciendo un ejercicio de honestidad, ¿cuántas veces hemos pedido una copa de vino canario o balear?
Amigos, entusiastas de la gastronomía y ávidos buscadores de joyas bebibles, poned el ojo en el telescopio y mirad al horizonte, porque de nuestras 11 islas llegan muy buenas noticias. "¡Vino a la vista!", anuncia el capitán de esta travesía, Guillermo Cruz, sumiller del restaurante Mugaritz.
Con un pasado vinícola de cinco siglos y sus característicos suelos volcánicos pobres, en los que las viñas hacen un esfuerzo para sobrevivir, el resultado es, para Guillermo, "una historia de sacrificio" que demuestra que vale la pena "buscar la identidad de la tierra con el parque jurásico de variedades autóctonas".
BABOSO NEGRO, de Bodegas Ignios Orígenes (Tenerife)
Con mucho empeño y trabajo, Borja Pérez ha conseguido elaborar este 100 % baboso negro (una uva histórica y difícil de cultivar). "En Mugaritz teníamos un plato de cordero ahumado y nos parecía que el vino quedaba muy bien". En casa lo recomienda con carnes a la parrilla, lechazo y cochinillo, porque su acidez ayuda a limpiar el paladar.
VIDONIA, de Suertes del Marqués (Valle de la Orotava, Tenerife)
Además de tintos, cuenta el sumiller, hay blancos interesantes como este monovarietal de listán blanco, con viñas de más de 100 años. "Haciendo un símil con Jerez, esta uva es la palomino fino con otro nombre". Va muy bien con un tartar de atún, con pescados como el bonito o el salmón y con platos japonesespues es lo suficientemente ácido como para equilibrar la grasa en boca.
CANARI, de Bodegas El Grifo (Lanzarote)
Es una mezcla de tres añadas viejas (1956, 1970 y 1997), un vino dulce –no en demasía– perfecto para tomar con jamón y aceitunas. "Es buena idea pasar ese punto dulce al aperitivo. Nos ayuda a abrir las papilas y a predisponerlas para comer".
MALVASÍA VOLCÁNICA DULCE, de Bodega La Geria (Lanzarote)
"Me gusta para dar una vuelta de tuerca al momento del postre. Si hacemos una receta ácida, con cítricos por ejemplo, podríamos compensar con esta malvasía y lograr algo interesante". En boca, habría una suerte de "lucha" para no perder protagonismo "y eso se transforma en un camino conjunto único".
Por su mezcla de suelos (volcánicos, de arena y arcilla), "las uvas suelen marcar la perfecta imperfección". En cristiano: "Es posible coger una copa, probarla y decir jolín este es un vino de Mallorca porque tiene estilo mediterráneo, estructura y personalidad".
Apunta Guillermo que hay un nutrido grupo de jóvenes viticultores que está "revolucionando el ambiente y el concepto"y cita el caso de las bodegas Ánima Negra, Sistema Vinari o 4Kilos Vinícola, que producen vinos en los que "no hace falta que se beba el esfuerzo, la ilusión, el trabajo y el empeño, pero sí que se sientan".
GRIMALT CABALLERO, de 4Kilos Vinícola (Mallorca)
Un tinto fácil de beber, de uvas fogoneu y callet. "Me gusta mucho el proyecto de 4Kilos porque busca enseñar la parte más sencilla del mundo del vino", con etiquetas graciosas y nombres originales como Gallinas & Focas o 12Volts.
CHÂTEAU PAQUITA, en Sistema Vinari (Mallorca)
Eloi Cedó, que colabora con 4Kilos, no solo es fanático de los vinos naturales, sino "un gran artista" que ha hecho un homenaje a su madre (Paquita) y a todas las madres que no pueden tener un château. "Me encanta, por eso lo tengo en Mugaritz", subraya Guillermo.
En ambos casos, son vinos con los que podemos jugar con carnes, chuletas, solomillos, entrecotes o guisos contundentes.
TORRE D'ES CANONGE, de Vins Toni Gelabert (Mallorca)
Este 100 % giró blanc, con cuatro meses en barrica, va bien con recetas marineras (arroces y guisos).
"En general, los blancos de baleares son frescos (para paliar el clima mediterráneo) y reclaman una cocina sencilla, sin complejidad, para que no se solapen los sabores". Ahora, eso sí, hagámosle caso al experto y pongamos en práctica su premisa: "Hay que quitarse el miedo a probar".