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Cuando hablamos de reuniones familiares y celebraciones navideñas, Ferran Centelles se vuelve, en un santiamén, hada madrina y consciencia. La primera, porque nos soluciona la vida con ideas originales y cargadas de chispa; la segunda, porque nos hace creer que sí es posible que las fiestas de 2016 no sean un bis de las de 2015.
“Además de tenerlo todo preparado, no se trata solo de tomar un vino, sino de que tenga una historia bonita detrás, para poder comentar en la mesa. Quizás la tienda donde lo compraste, la historia de la bodega… Es el momento de las espectaculares botellas mágnum [de un litro y medio], de escoger buenas copas y de que los anfitriones sean más maîtres que cocineros”, dice el exsumiller de elBulli mientras organiza lo que nos beberemos. ¡A tomar nota!
Para recibir a los invitados, Ferran recomienda o bien un agua fresca con manzana y hojitas de menta o “una elaboración muy divertida que viene de la época romana”, el vino de violetas.
Para hacerlo bastará con añadir sirope de violetas o infusionar las flores secas en un vino blanco aromático como el verdejo. ¿Las proporciones? "Con que quede perfumado y con algo de color es suficiente" y, apunta, "no haremos grandes cantidades, sino vasitos pequeños tipo chupito".
Aunque nunca se deberá decir que no a quien quiera un refresco, las opciones de un sumiller distan mucho de las gaseosas industriales. Más bien lo suyo son las burbujas de un cava gran reserva, "que ha envejecido mucho tiempo y se ha enriquecido de aromas". Ferran nada a contracorriente de quienes postergan el espumoso hasta la hora del postre "porque si es muy dulce, podría hacerlo más ácido y quitarle fuerza".
Y, pensando en la practicidad, podemos usar copas anchas de vino, no hace falta escoger las de flauta. No lo olvidemos, "cuanto más abierta sea, mayor será el disfrute".
La malvasía de Lanzarote del año que toque o del que estamos despidiendo es otra alternativa, por ser refrescante y estar cargada de fragancia. "Es bonito servirla, pues es de los primeros vinos que sale al mercado y una buena idea para despedir el 2016", sugiere.
Con una producción pequeña –y menos conocida que las Denominaciones de Origen Rias Baixas o Valdeorras– en Ribeiro "se están haciendo blancos interesantes y muy personales con la uva treixadura". Ferran es fiel defensor de ambas regiones: "Lanzarote por sus viñedos volcánicos y Ribeiro porque a veces no llega a mucha gente".
Como en el aperitivo optamos por referencias menos conocidas, en el principal le da algo más de "sosiego" un Rioja, Ribera del Duero, Bierzo o Montsant en mágnum, "una botella bonita de ver y beber".
¿Y si el principal es pescado y no carne? "Me decantaría por un tinto igualmente", subraya, por ser partidario de romper cánones clásicos. "Al final, la cocina ha cambiado mucho y los vinos también se han afinado. Cuando queramos un pescado con tinto lo mejor es, por ejemplo, una mencía aromática o una garnacha fragante".
Asegura, sin titubear, que lo ideal es un vino dulce. "Yo tiraría al sur, a Andalucía, donde se hacen vinos espectaculares. Los escogería estilo cream (con muchos aromas, pero no tan densos y oscuros como los Pedro Ximénez) para lograr un fin de fiesta por todo lo alto".
Tras el café, es momento de un trago largo, que invite a conversar sin pensar en la hora. "Podemos hacer un gin tonic, claro, pero quizá valdría la pena buscar un cóctel con un puntito amargo". Y nos deja la receta de su bitter sour:
INGREDIENTES:
Zumo de naranja
Zumo de limón
3 cucharadas de azúcar
Clara de huevo
Whisky, ginebra, coñac o brandy (el que nos guste más)
ELABORACIÓN:
En una coctelera mezclamos todos los ingredientes con cubitos de hielo (si no, una batidora también sirve). Podemos terminar con unas gotitas de amargo de Angustura (a gusto de cada uno).