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Su inconfundible flequillo, la chaquetilla negra y su marcado acento catalán visten la personalidad de Fina Puigdevall, de quien se dice "desnuda" cada plato hasta despojarlo de casi cualquier artificio que resulte superfluo o innecesario.
En las recetas impera el kilómetro cero, traducido en la quietud del paisaje de Olot, capital de la comarca gerundense de La Garrotxa, los colores de cada estación y la felicidad –traducida en belleza– de trabajar en la casa donde nació y de la que, asegura, después de 26 años, no se moverá, "solo a ratitos", porque nada hay más importante en la vida que saber "siempre el lugar al que tenemos que volver".
Cinco lustros ha tardado Fina Puigdevall en alejarse de casa. Solo cuando sintió que 'Les Cols' (2 Soles Repsol) "podía andar un poco solo" se aventuró a asesorar a las cocinas de 'Mas de Torrent' (en la Costa Brava), con productos como el requesón de Fonteta; y cogió el restaurante del Museu Nacional d’Art de Catalunya como la oportunidad de dar a conocer su cocina y de "estar en permanente contacto con la cultura".
"Pero yo de 'Les Cols' no me muevo, porque esta es mi casa", un hogar silvestre y de suelo volcánico en el que no hay pescados, en cambio sí tubérculos, quesos catalanes y cordero. También alforfón y maíz, cultivados en su propio huerto, con la intención de convertirlos en harina y estudiar su potencial en el laboratorio de Investigación y Desarrollo.
"Todo lo elaboramos con producto que hemos plantado y cosechado nosotros mismos", explica, mientras se prepara para viajar mentalmente a Gombrèn o Sant Pol de Mar, donde encuentra "platos frescos y ligeros", como a ella le gustan.
Josep Manuel Regueiro es el responsable de este espacio con un par de mesas, una nutrida barra y estilo "gastronómico, un poco informal y rico para ir los domingos noche". Abundan las conservas de pescados y mariscos gallegos, las de verduras navarras o las ostras francesas.
Con sus privilegiadas vistas panorámicas a increíbles pastos, en otoño cargados de marrones y anaranjados, Francesc Rovira hace una cocina de territorio a la que Fina admite ser asidua: "Allí todo es de la zona. Esta es buena época para ir y probar los platos de caza y setas que hace Xesc".
"Disfruto mucho con los platos nítidos y limpios de verduras que hace Carme Ruscalleda y la pasión que le pone a la cocina", asegura. Y prosigue narrando entre risas "la gente dice que nos movemos igual, quizá porque somos dinámicas y eso no deja de ser un piropo. Me encanta cuando me lo dicen".